Estar en la zona te lleva a encararte con lo más profundo de
tu Elemento. Cuando estás en la zona, vives el momento, ya que haces lo
que amas, te entregas totalmente a ello y das lo máximo de ti mismo:
SIN ESFUERZO. Es como si te fundieras con lo que realmente eres, en
esencia, y ahí, todo fluye.
“Cuando estamos en nuestro Elemento, sentimos que estamos
haciendo lo que se supone que tenemos que estar haciendo y siendo lo
que se supone que tenemos que ser. Cuando se está conectado de esta
manera con nuestros más profundos intereses y nuestra energía natural,
el tiempo tiende a pasar más rápido,con mayor fluidez. Uno se desplaza
hacia cierto tipo de «metaestado» donde las ideas aparecen más
rápidamente, como si estuvieses conectado a una fuente que hace que sea
significativamente más fácil lograr tu cometido. Cualquier cosa que
estés realizando resulta sencilla porque unificas la energía con el
proceso y con el esfuerzo que estás haciendo. Y sientes realmente que
las ideas fluyen a través y fuera de ti, y que de alguna forma estás
canalizándolas; estás siendo su instrumento en vez de obstruirlas o de
empeñarte en alcanzarlas.” Ken Robinson.
Pero ojo! dedicarte a lo que realmente amas, no significa que vayas a
estar siempre en la zona. Siempre existen tareas relacionadas con lo
que haces, a través de la cuales no fluyes, o simplemente puede ser que
“hoy no sea un buen día”. La célebre deportista Monica Seles dice:
«Cuando juego mi mejor tenis me siento en la zona. — Pero apunta —: En
cuanto piensas que estás en la zona, sales de ella».
Así como las actividades que no te gusta hacer, te hacen sentirte
“pesado” y te dejan sin fuerzas. Aquellas que te encanta hacer, lejos de
quitarte energía, te la dan. Esto suele ser un claro indicativo de que
estás en la zona y por tanto dentro de tu Elemento.
Por eso es vital que todos encontremos nuestro Elemento. Y no hay un
fórmula fija para encontrarlo, ya que existen tantas posibilidades de
estar en la zona como personas existen en el planeta. Se trata de algo
muy personal, y una de las maneras de acercarse a él es plantearse las
siguiente preguntas:
- Si pudieras dedicar tu vida a hacer cualquier cosa, sin impedimentos económicos, físico, o sociales ¿qué harías?
- ¿En qué tipo de tareas sueles involucrarte sin necesidad de hacerlo, es decir, por puro placer?
- ¿Cuáles son tus áreas de interés, las que absorben tu tiempo sin darte cuenta?
- ¿Qué habilidades tienes o que los demás creen que tienes?
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